Va de castillos

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lunes, noviembre 13, 2006

Fuensaldaña (Castilla Y León)

Encontraremos este castillo en la provincia de Valladolid, muy cerca de la capital. Su construcción se debe a don Alfonso Pérez de Vivero y se remonta a la última década del siglo XV, concluyéndose hacia el año 1509.
Después de su matrimonio en la ciudad de Valladolid (existe una placa que recuerda el acontecimiento), los Reyes Católicos se trasladaron a esta fortaleza. Cuando los Comuneros, la fortaleza fue sede suya durante el tiempo que duro la insurrección. Se llegó a pensar e incluso acordar posteriormente su derribo pero afortunadamente nunca llegó a producirse. Finalmente Felipe II la cedió a Juan de Vivero y poco después el castillo cayó en el olvido convirtiéndose en simple almacén de productos agrícolas (triste destino para unos muros tan nobles). Don José Zorrilla, el insigne escritor vallisoletano autor, entre otras obras de; “Don Juan Tenorio” o “A buen Juez Mejor Testigo” dedicó estas palabras a la fortaleza cuando esta se encontraba en franca decadencia: "De la pompa feudal resto desnudo/ sin tapices, sin armas, sin alfombra,/ hoy no cobija su recinto mudo/ más que silencio, soledad y sombra".
Afortunadamente su destino cambió cuando el castillo fue adquirido por la Diputación Provincial y restaurado. En un principio fue adquirido para convertirlo en un Parador de Turismo pero esa idea no prosperó y finalmente fue cedido para que albergara a las Cortes de Castilla y León.
El recinto es de típica y clásica planta cuadrada con cuatro cubos circulares con saeteras en cada una de sus esquinas, destaca su torre del homenaje de 34 metros de altura. La muralla debería ser más alta pero por motivos económicos se quedó limitada a su altura actual. El recinto está construido íntegramente en piedra de sillería caliza y pueden observarse aun en algunos bloques las firmas de los antiguos maestros canteros que realizaron el trabajo (a modo de lo que Ken Follet podía explicar en su libro “Los Pilares de la Tierra”).
Es básico para conservar el patrimonio artístico de las fortificaciones que recorren todo el Estado español que se las de una funcionalidad después de haber sido restauradas. Aplaudimos la iniciativa de la Junta de Castilla y León y animamos a las instituciones a que reconviertan a estos viejos colosos del pasado en lugares de plena actividad cultural. Si se hace de esta manera nuestro patrimonio cultural estará a salvo y las generaciones futuras podrán seguir disfrutando de una parte esencial de la historia.